lunes, 3 de agosto de 2015

El Prototipo

Desde bien pequeña ya tenia claro el tipo de chicos, niños en esa época, que le gustaban... siempre rubios y de ojos claros, azules a ser posible; era una niña con las cosas muy claras.

Así fue creciendo y definiendo sus gustos, ya no era necesario que los chicos fueran rubios, con que tuvieran el pelo claro se conformaba, los rubios eran muy difíciles de conocer.

Con apenas 13 años, apareció Alejandro, era un chico un año mayor que ella, rubio, ojos azules y cara perfecta, no era alto, tampoco demasiado bajito, sobrasalia pocos centímetros de ella, otro detalle que la volvía loca.

Alejandro y ella fueron amigos durante mucho tiempo, los separaba un curso en el colegio, pero la casualidad y el poco esfuerzo, quisieron que él repitiera curso, y recalara en su clase, su amistad se afianzo; empezaron a salir en pandilla y cada día que pasaba, estaban mas juntos.

Ella decidió dar el paso y una tarde en el parque, le dijo que le gustaba, con 14 años la expresión "estar enamorada" sonaba demasiado grande; No solo no fue correspondida, sino que se sintió humillada, Alejandro se rió de ella, para él sólo era una niña, la que le ayudaba a estudiar, la que hacía trabajos y ponía el nombre de los dos.

Después de eso, todo cambió, toda su inclinación se volvió hacia morenos de ojos oscuros, preferiblemente, bastante altos, todo lo contrario a su prototipo. Pero en su interior, era la misma, los actores, cantantes, deportistas, todos los que la atraían eran de pelo y ojos claros, añadió una nueva condición, le gustaba mucho, muchísimo un hombre con entradas, una señal de futura calvicie que la volvía loca.

Pasaron los años y se introdujo sin remedio en el mundo laboral, y ahí conoció una nueva especie, los camareros, en todas sus variantes, bares, discotecas, restaurantes, hoteles...

Y así, definió por completo su prototipo de hombre, algo más alto que ella, de pelo y ojos claros, con entradas y camarero; alguno habría que cumpliera estas cualidades, lo que no sabía, era que el destino lo pondría en su camino antes de lo esperado.

Tuvo varias parejas, todos morenos de ojos oscuros, pero un buen día, un nuevo trabajo y conocer poco a poco a la plantilla; allí estaba él, podría sacarle unos cuatro centímetros como mucho, sus maravillosos ojos azules, su pelo tirando a rubio y esas entradas en su frente, evidentemente pertenecía al gremio; su corazón empezó a palpitar con gran fuerza, era increíble como su sola presencia podía causar ese efecto en ella, la ponía sumamente nerviosa, sus manos se volvían de mantequilla.

El hombre con el que siempre había soñado, existe y estaba justo a su lado, todos los días se veían aunque siempre en el trabajo, su sonrisa, sus palabras, sus guiños, la traían loca; su voz, su manera de mirarla, las veces que la tocaba; todos esos momentos que ella guardará para siempre en su memoria.

Nunca supo si eso que sentía por él terminaría en algo en concreto; a estas alturas de su vida, no se atrevía a decir que estaba enamorada, aunque lo estaba, no se atrevía a decir que lo quería, aunque lo quería, no se atrevía a decirle más de lo que ya le decía; sólo le quedaba aprender a mirarlo como lo que era, un compañero, seguiría viéndolo guapo, seguiría pensando que era perfecto y seguiría poniéndose nerviosa cuando él estuviera delante.

Seguiría queriéndolo, aunque nunca seria capaz de decírselo.

A ti, aunque nunca lo leas.



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